Los 9 pueblos más bonitos de Sevilla
Osuna
Ubicado en la Sierra Sur de Sevilla, Osuna es un pueblo que destaca por su belleza y patrimonio monumental. Este pueblo, a 85 kilómetros de Sevilla y 120 de Málaga, lleva siglos atesorando una rica historia ligada a los condes de Ureña y los duques de Osuna, ambas figuras claves en la nobleza española.
Su esplendoroso pasado ha dejado un legado impresionante, con una cantidad de palacios, iglesias, conventos y monasterios que sorprenden en un municipio de su tamaño. El paseo por Osuna es un recorrido por el tiempo, donde se descubren joyas de la arquitectura y se siente la esencia de una cultura rica y diversa.
La calle San Pedro, una de las más hermosas de Europa según la UNESCO, es un punto de interés particular, con una concentración de palacios majestuosos. Entre ellos, el Palacio del Marqués de la Gomera, un maravilloso hotel de cuatro estrellas, y la Cilla del Cabildo Colegial, cuya fachada está adornada con motivos catedralicios sevillanos.
El corazón de la vida local late en la Plaza Mayor, que acoge importantes edificios como la Iglesia Conventual de la Concepción, la Plaza de Abastos y el Ayuntamiento. No se puede dejar de visitar la zona alta del pueblo, a la que se llega a través de calles empedradas, donde se encuentran la Colegiata de Osuna y la Universidad.
Osuna es un viaje a través de la historia y un recuerdo viviente de la nobleza española. Además, este milenario pueblo sevillano es parte de la ruta de Washington Irving y uno de los escenarios de la famosa serie ‘Juego de Tronos’. Aquí los fans de la serie encontrarán su paraíso, pero Osuna es mucho más que un set de rodaje, con su riqueza histórica, artística y cultural.
La singularidad de Osuna se refleja en cada rincón, desde sus casas palaciegas hasta su patrimonio arquitectónico, que incluye una gran variedad de edificios barrocos y arte sacro. Su patrimonio es tan impresionante que su casco histórico fue designado como Conjunto Histórico Artístico en 1967. Finalmente, las vistas desde el Mirador de la Colegiata son, sin duda, uno de los puntos culminantes de la visita a este encantador pueblo sevillano.
Carmona
A sólo 30 kilómetros al este de la capital sevillana, nos encontramos con Carmona, un lugar que rebosa historia y belleza. Este pueblo de 30.000 habitantes es famoso por su patrimonio histórico y cultural, en particular, su icónica Puerta de Sevilla, antiguo acceso a la ciudad fortificada. Por encima de la puerta, se levanta el majestuoso Alcázar de la Puerta de Sevilla, una fortaleza que data del siglo IX a.C.
Carmona alberga una asombrosa necrópolis, un conjunto funerario con más de 900 tumbas, descubierto en 1868. La Tumba del Elefante y la de Servilia son algunos de los mausoleos destacados. El corazón de Carmona late en la Plaza de San Fernando, hogar del Ayuntamiento y la concurrida Plaza de Abastos.
La calle Martín López, repleta de palacios y edificios señoriales, conduce a la Iglesia de Santa María y al Convento de Santa Clara, una obra maestra de la arquitectura mudéjar andaluza. La Puerta de Córdoba es otro punto de interés en esta vía. Desde la zona alta de la ciudad, el Alcázar de Arriba ofrece una panorámica espectacular de la ciudad y el Parador.
Conocida como el «Lucero de Europa», Carmona es un recorrido por la historia a través de su rica colección de monumentos, templos y restos arqueológicos. Sus calles estrechas y adoquinadas, casas blancas y la presencia constante de la historia hacen de este pueblo un lugar idóneo para los amantes de la cultura. No te pierdas un paseo por sus murallas que dan acceso al casco histórico de la ciudad, o la visita a la Iglesia Prioral de Santa María y al Parador, ubicado en el Alcázar del Rey Don Pedro I.
Carmona tiene una oferta para todos los gustos: desde Casas Palacio, un fascinante conjunto arqueológico, preciosas iglesias, hasta deliciosos dulces tradicionales como la torta inglesa, un hojaldre relleno de cabello de ángel. Además, ha servido como escenario para el rodaje de la serie «La chica invisible» de Disney+. Carmona es una parada imprescindible en cualquier viaje por los pueblos de Sevilla.
Santiponce
A sólo 7 kilómetros de Sevilla se encuentra Santiponce, un pequeño pueblo que alberga una gran historia. Conocido también como «Sevilla la Vieja», es famoso por las ruinas romanas de Itálica, uno de los tesoros arquitectónicos más destacados de la provincia. Este antiguo municipio es un orgulloso custodio de este sitio arqueológico, cuyo esplendor se remonta a la época de los primeros emperadores hispanos de Roma, Adriano y Trajano.
Las ruinas de Itálica se extienden para revelar los restos de un anfiteatro, murallas romanas, un teatro impresionante y restos de antiguas termas. Por su importancia histórica y su grado de conservación, Itálica se considera una de las joyas romanas mejor preservadas de España. No es raro que sea una parada habitual en las excursiones escolares de la región y una recomendación habitual para los visitantes de Sevilla con tiempo para explorar.
Además de Itálica, Santiponce alberga el grandioso Monasterio de San Isidoro del Campo, fundado en el siglo XV por Alonso Pérez de Guzmán. Según la leyenda, el monasterio se sitúa cerca del lugar de enterramiento de San Isidoro de Sevilla. Ha cambiado de manos a lo largo de los años, pasando por los cistercienses y los ermitaños jerónimos hasta la Orden de los Jerónimos. Aunque actualmente está desacralizado, el monasterio está abierto al público de forma gratuita.
Pasear por las calles de Santiponce es descubrir más de su patrimonio, como la Parroquia de San Isidro del Campo y San Geroncio, la Parroquia de Santiponce, y el Teatro romano, que alberga el Festival Internacional de Danza Itálica. Santiponce es un importante punto de interés en la Ruta de Al Mutamid y en el Camino de Santiago, un testimonio de su rica historia y herencia cultural.
Estepa
Famosa por sus dulces navideños y conocida como el «Balcón de Andalucía», Estepa es un encanto andaluz situado en la Sierra Sur de Sevilla. Este pintoresco pueblo es mundialmente conocido por su producción de mantecados, polvorones y bombones, siendo estos dulces su estandarte.
Pero Estepa es más que sus famosos dulces. El corazón de la ciudad es su encantador centro histórico, un lugar que cautiva a los visitantes aunque no alberga grandes monumentos. Entre sus atracciones se encuentra la iglesia de Santa Clara y la plaza de la Victoria. Destaca la Torre de la Victoria, un imponente monumento barroco de 40 metros de altura que se puede observar desde la entrada al municipio.
Sin embargo, el verdadero encanto de Estepa reside en el «Balcón de Andalucía», ubicado en la cima del cerro de San Cristóbal. Desde allí, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica de la campiña sevillana y los municipios circundantes, una experiencia realmente impresionante.
Estepa también se enorgullece de su producción de aceites y vinos, así como de su papel en diversas rutas turísticas, como la Ruta de Washington Irving, que discurre desde Granada a Sevilla, la Ruta del Camino de Santiago de la Frontera, y el Camino de Antequera. Con su rica herencia gastronómica e histórica, Estepa ofrece un sinfín de razones para ser visitada y disfrutada.
Marchena
A unos 65 kilómetros de la capital sevillana, en la campiña y a la orilla del río Guadalquivir, encontramos Marchena, otra joya de la provincia de Sevilla. Aunque no tan conocida, su riqueza patrimonial le ha otorgado el apodo de «la bella desconocida».
Este pueblo monumental y señorial alberga una variedad de plazas, museos, iglesias y palacios que merecen la pena explorar. Entre sus tesoros arquitectónicos destaca la iglesia de San Juan Bautista, un majestuoso templo de estilo gótico-mudéjar, famoso por albergar en su interior siete obras del pintor extremeño Francisco de Zurbarán.
Otra de las joyas de Marchena es la iglesia de San Agustín, que se caracteriza por su fascinante fachada neoclásica. La ciudad también ofrece otros atractivos, como la iglesia de Santa María de La Mota, los restos del Alcázar de Marchena y el Arco de la Rosa.
En Marchena, el patrimonio medieval musulmán se encuentra mayoritariamente dentro del perímetro de la antigua muralla. Acompañando a estas reliquias de la historia, se encuentra un templo católico de dimensiones catedralicias que, por su tamaño y contenido artístico, añade aún más valor al rico acervo cultural de la localidad. Sin grandes monumentos que destaquen individualmente, Marchena brilla en su conjunto, ofreciendo un recorrido por la historia y el arte a quienes la visitan.
Écija
En el valle del Genil, encontramos Écija, apodada como la «ciudad de las torres» debido a la cantidad de campanarios y torreones que salpican su horizonte. Este municipio de 40,000 habitantes es una joya monumental en la provincia de Sevilla y ofrece una belleza que se revela en cada esquina.
El recorrido por Écija puede comenzar en la Plaza de España, el núcleo de la ciudad, rodeada de monumentos y arquitectura impresionantes. Aquí se ubican el Ayuntamiento de Écija, la iglesia de Santa María, el convento de San Francisco y la iglesia de Santa Bárbara, entre otros.
Un paseo por la calle Cinteria lleva al Palacio de Benamejí, una imponente fachada barroca que alberga el museo municipal de Écija. No debemos olvidar el Palacio de Peñaflor, la iglesia de San Francisco y la Plaza de Nuestra Señora del Valle.
Écija, conocida también como «la sartén de Andalucía» por sus altas temperaturas en verano, es famosa por la cantidad de iglesias que se pueden visitar, entre ellas la iglesia de San Juan, la parroquia de Santa María y la iglesia de Santiago.
Los orígenes de Écija se remontan al siglo VIII a.C., con la fundación de la ciudad por los tartesos en el fértil valle del Genil. A lo largo de la historia, la ciudad ha acogido a romanos, visigodos, árabes y cristianos, cada uno dejando su huella. De la época romana, cuando Écija se conocía como Astigia, el trazado del casco antiguo se conserva casi intacto, paseándonos a través de callejuelas llenas de majestuosidad barroca de casas-palacio, iglesias y conventos.
Por su ubicación estratégica, a medio camino entre Sevilla y Córdoba, y entre Sevilla y Málaga, Écija es un punto de partida fantástico para descubrir la provincia sevillana.
Utrera
Situada en el camino de la Pasión, que enlaza las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla, se encuentra Utrera, una ciudad rica en patrimonio arquitectónico y cuna de la historia del flamenco.
El corazón de Utrera es la Plaza del Altozano, que alberga importantes vestigios de los siglos XVII y XVIII. La cercana Plaza de la Constitución alberga la Iglesia de Santiago, uno de los templos más bellos de la ciudad. A poca distancia se encuentra el Castillo de Utrera, una fortaleza medieval bien conservada que se destaca como el principal atractivo de la ciudad. En las afueras, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Consolación, además de varios palacios, incluyendo Vistahermosa, San Fernando y la casa Surga.
Utrera es reconocida por su aporte al mundo del flamenco, siendo el lugar de nacimiento de cantantes emblemáticos como Miguel Vargas Jiménez, Fernanda y Bernarda de Utrera. Además, la cría de caballos y toros bravos tiene un papel relevante en la localidad. Los visitantes pueden disfrutar de recorridos gratuitos con guías especializados para explorar la rica historia y cultura de Utrera.
Entre sus monumentos más significativos, se pueden visitar la Iglesia de Santa María de la Mesa, la Basílica de El Palmar de Troya, el recinto amurallado y el arco de la villa. Utrera también es famosa por su mostachón, una delicia gastronómica local.
Recientemente, Utrera ha ganado notoriedad arqueológica al albergar la sinagoga más antigua de la Península Ibérica, descubierta en el antiguo Hospital de la Misericordia, una estructura que ha servido también como restaurante y discoteca. Esta sinagoga, documentada por el historiador Rodrigo Caro alrededor de 1604, es uno de los hallazgos arqueológicos más relevantes de los últimos años en España.
Cazalla de la Sierra
En la Sierra Norte de Sevilla, inmersa en su Parque Natural, se halla Cazalla de la Sierra. Este tranquilo municipio, rodeado de áreas boscosas, senderos, embalses y cascadas como la del Huéznar, es uno de los puntos de mayor encanto natural en la provincia.
Cazalla combina lo mejor de dos mundos: el pintoresco aspecto de un pueblo andaluz con casas encaladas y suelos empedrados, y la frondosidad de un paisaje que bien podría recordarnos a Asturias. Sus calles empinadas y fachadas monumentales, junto con una gran cantidad de actividades, permiten a los visitantes sumergirse de lleno en la vida del pueblo.
El centro de la vida local es la Plaza Mayor, donde destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación. En la cercana Plaza de la Constitución, se encuentran los restos de las antiguas murallas del pueblo, la Casa Consistorial y el Convento de San Agustín. Recorrer estas calles es sin duda la mejor manera de descubrir todos los encantos que esconde Cazalla.
Además de su atractivo natural y arquitectónico, Cazalla es conocida por su gran producción de vinos y aguardientes. La invitación a pasear por el pueblo incluye un recorrido por los restos del castillo con sus arcos de herradura y los senderos peatonales para disfrutar del paisaje. La oferta de alojamiento es amplia, con numerosas casas rurales disponibles para quienes deciden hacer de esta localidad su refugio temporal.
Lebrija
Ubicada en la comarca del Bajo Guadalquivir, Lebrija es un pintoresco pueblo que destaca por su belleza en la provincia de Sevilla. Su casco histórico, repleto de casas señoriales y edificios religiosos, es una invitación a un recorrido lleno de encanto.
Entre sus atractivos, sobresalen la Iglesia de Santa María de la Oliva y la Ermita de Santa María del Castillo. Además, no puedes dejar de visitar las ruinas del antiguo castillo que proporcionan un vistazo a la rica historia de Lebrija.
La cultura local se ve reflejada en el Centro de Interpretación del Flamenco, ubicado en la calle Juan Pedro Vidal. Este espacio ofrece una inmersión profunda en este apasionante arte andaluz.
Finalmente, para quienes buscan un contacto con la naturaleza, el Parque Natural de San Benito ofrece un lugar perfecto para un paseo al aire libre. En Lebrija, historia, cultura y naturaleza se entrelazan, ofreciendo a sus visitantes una experiencia completa e inolvidable.